Fue en medio de unas cervezas en la siempre amigable
Llamadme idiota, pero cada vez que la veo, se me cae la baba.
Cuaderno de Bitácora del libro "Cocinar el Loto" de Ángel Gómez Espada
Fue en medio de unas cervezas en la siempre amigable
Llamadme idiota, pero cada vez que la veo, se me cae la baba.
Hace unos meses, en su número 10, desde Santo Domingo
La bandeja del ego, la dejo aquí.
En el último número de la revista EL COLOQUIO DE LOS PERROS (el 25 ya, quién nos lo iba a decir) tuve la oportunidad de entrevistar a José María Cumbreño, quien recientemente ha visto publicada una antología poética en portugués, de la mano de Ruy Ventura. Quizá por ello, el traductor quiso poner en su Estrada do Alicerce el contenido de tan agradable momento.
Así fue el silencio de rotundo.
Me llevó a callarme esto, de lo que me siento tan orgulloso. Lo lamento por Carlos Enrique Cabrera, que tan amablemente aceptó en su día la propuesta de publicarme.
Cuando comencé a darme cuenta del daño que la editorial decidió hacerle a mi libro, tomando por idiotas a unos cuentos (reconozco en todo momento mi torpeza en este caso, no sabía cuán literales eran en Bubok, cómo se tomaban todo al pie de la letra) era demasiado tarde. La herida ya estaba abierta y si no ha profundizado más ha sido gracias al cariño que Sonia le tiene al autor de esos versos, alguien cada vez más diferente a mí.
Decidí callarme, como vieron los que entraban al blog.
Las palabras amables y directas de Sonia, Juan de Dios y Manolo me hicieron recapacitar, comenzar una nueva lucha, comer de mi propio loto y hacer de tripas corazón.
Hay algo de luz al fondo de ese túnel que es la autoedición a distancia.
Concluía ayer la exposición de fotografías que coordinara Francesco Amorosino, FOTOX1000, en la que ha brindado la hermosa oportunidad de exponer en Roma a un buen número de fotógrafos, o simplemente practicantes de tan sublime arte. Dentro de la séptima edición del FESTIVAL INTERNAZIONALE DI FOTOGRAFIA que se celebra en Roma, pusimos nuestro granito de arena desde el 30 de Mayo en
El título, precioso, de la exposición fue Le declinazioni della giogia, que podría traducirse por Declinaciones de la alegría.
La foto que esto ilustra también fue partícipe de aquel singular encuentro. Realizada en
Me envía amablemente Manuel Guerrero un par de contribuciones a la causa saigonista. Las lecturas que de mis poemas se hicieron tanto en la presentación de la revista en Lucena, donde él mismo recita mis “Saudades”, como en el programa de Radio Estilo de Sevilla de mis “Los restos de la batalla”.
Asegura Manuel (aunque el audio del video no es mi aceptable y quizá mi ego me haya arrastrado a una escucha inadecuada) que es uno de sus favoritos del número dedicado al erotismo, y del que ya di receta en su día. Los aplausos que alguien arranca al final parecen sinceros.
Dos gotitas más.
No han podido elegir un viernes peor para presentarla. Digo para mí, y hablo de mi trabajo. Pero un 3 de abril es bueno como todos para hacer la puesta de largo de una antología. Mucho se ha hablado mal de ellas, muchas lágrimas han surcado sus páginas, pero es cierto que, para bien o para mal, las antologías son necesarias.
Ahora, la editorial Mitad Doble de Málaga ha hecho la suya sobre un tema especial, que podría resultar manido quizás si estuviéramos en el Renacimiento, pero a día de hoy y con la nómina de poetas que hemos sido incluidos creo que será puro gozo.
En esa antología, personalmente me encuentro como en casa. Tengo amigos en ella, como Antonio Aguilar, José Luis Abraham o Marta Zafrilla; gente a la que he tenido el privilegio de entrevistar, como Elena Medel o Yolanda Castaño; y gente con la que he coincido en bares o en revistas, como Andrés Neuman, Vicente Luis Mora, Vicente Muñoz Álvarez, Marga Blanco Samos, y así hasta 83 poetas que rompemos la pana.
Así que si hoy están en Málaga, sean doblemente afortunados, vayan a la presentación y disfruten.
No es mi fuerte la poesía erótica, aunque se pueda pensar lo contrario si nos ponemos a repasar Cocinar el Loto. No es erotismo lo que allí quise refrendar, sino la presencia del sexo como móvil para sacar las peores envergaduras del ser humano (si se me permite tal expresión). Cuando me propuso Manuel Guerrero participar en su Saigón número 11, especial Erotismo, tuve que tirar de hemeroteca y rescatar algunos poemas, refundirlos en algunos casos; en otros, rehacerlos. Fue un proceso de laboratorio. Un retoque de Photoshop, si se prefiere. Finalmente, tengo tres poemas publicados en tan hermosa y cuidada publicación de los que me siento orgulloso. Y me consta que Manuel, también. Lo que sabe a triunfo.